domingo, 14 de octubre de 2012

El máximo capellán militar, oriundo de Concordia, señalado como acosador

El capellán Bonabotta pasó por el Seminario de Paraná.

El capellán mayor del Ejército Argentino, Mario Bonabotta, oriundo de Concordia y formado en parte en el Seminario de Paraná, está señalado como acosador. En el establecimiento religioso estuvo en tiempos en que Adolfo Tortolo era arzobispo de la capital entrerriana. Ordenado sacerdote en diciembre de 1986 en la Basílica de Luján, Bonabotta se desempeñó como vicario de la Catedral de Mercedes entre 1987 y 1990. Luego, entre 1990 y 1994, Bonabotta fue capellán del Regimiento de Mercedes. Es decir, durante sus siete primeros años estuvo en la órbita de Emilio Ogñenovich, arzobispo de la Arquediócesis de Mercedes-Luján.

Por Eduardo Anguita
 (de Miradas al sur)

La secuencia de escenas, relatada por una fuente que pidió reserva de identidad y confirmada por otras personas, es la siguiente. El capellán mayor del Ejército, Mario Bonabotta, fue a un acto en el Regimiento de Patricios. Allí vio a un muchacho joven, suboficial, bien parecido, por quien pidió a las autoridades militares. Lo puso como chofer personal. Le encomendó en varias oportunidades que lo acompañara en viajes a Entre Ríos. En una oportunidad, el joven se sorprendió de que al parar en un hotel, el capellán pidiera una sola habitación. La primera sorpresa es que un capellán, que tiene rango de general de Ejército, no comparte dormitorio con un suboficial de baja graduación. Pero la incomodidad venía a partir de los gestos y sugerencias del capellán. En diferentes situaciones, el suboficial sintió acoso. En un momento el acercamiento físico le resultó tan violento que el suboficial reaccionó. Las manos del prelado se habían dirigido al lugar menos indicado. Desde el teléfono celular del capellán, el suboficial recibió varios mensajes de texto que no dejaban dudas de las intenciones que lo motivaban. El muchacho, de familia católica, sentía perturbación y sintió alivio cuando, al cabo de unos meses, el capellán permitió que fuera a un nuevo destino. 

 El caso mencionado no es el único que señala al máximo responsable de la jerarquía católica en el Ejército como acosador. En esta semana, Miradas al Sur se comunicó con la oficina que el capellán tiene en el primer piso del edificio Libertador, sede central del Ejército, frente a la Casa Rosada, y solo obtuvo como respuesta que la agenda de Bonabotta está muy ocupada como para responder a las preguntas de este cronista.





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