martes, 16 de octubre de 2012

Aborto seguro, legal y gratuito


ESCRACHE CONTRA EL CAPELLAN DEL RAMOS MEJIA, QUE PRESIONO A UNA MUJER VIOLADA

Un inquisidor en el hospital

El sacerdote Fernando Llambías ofició una misa frente a la casa de la mujer víctima de violación que se iba a someter a un aborto no punible. Distintas organizaciones convocaron a un escrache en repudio a su actitud.

 Por Mariana Carbajal

El presbítero del Hospital Ramos Mejía, Fernando Llambías, quien ofició una misa en la puerta de la casa de la joven violada, víctima de una red de trata, que había solicitado un aborto no punible, para presionarla a fin de que desista de su decisión, será el centro de un escrache convocado para hoy a las 12, en repudio de su conducta. La actividad fue organizada por trabajadoras y trabajadores del centro de salud y entidades sociales del barrio de Boedo. El acto se realizará frente a la capilla, ubicada en el centro del hospital.

Llambías es capellán del hospital. Su nombramiento está en trámite con un cargo equivalente al de jefe de sección no médico, con un sueldo de alrededor de 5000 pesos, según informó a este diario la médica Silvia Kochen, jefa de la Sección de Epilepsia del Ramos Mejía e investigadora del Conicet. “Está designado, pero su expediente está en trámite porque no había terminado de completar algunos datos”, agregó Kochen, indignada por la actitud que tuvo el capellán frente al pedido de un aborto no punible. Página/12 consultó al Ministerio de Salud de la Ciudad al respecto, pero su vocero respondió que sobre el tema no darían información.

El religioso habría sido quien filtró la dirección personal de la joven, su nombre y apellido, para que integrantes de grupos católicos, junto a él, fueran hasta el domicilio de la joven para “escracharla”. Hasta ese momento, la familia de la mujer desconocía el trance por el que estaba atravesando. Ella no quería que se enteraran. Lo que más la aflige por estas horas –mucho más que las trabas que tuvo que enfrentar para acceder a su derecho a interrumpir un embarazo producto de una violación– es el hecho de que se enteraran sus hijos de la situación que estaba viviendo, según le comentó a su abogada, Josefina Durán, integrante del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA). Tiene tres hijos de 18 años, 10 y uno más pequeño.

“El cura, en una actitud digna de la Inquisición, puso en peligro la vida de la paciente y la de sus hijos. La paciente vino al Hospital Ramos Mejía para realizarse un aborto en el marco de la ley vigente, en ese contexto y con el objeto de ‘disuadirla’ y bajo amenazas, el cura fue a su casa. La dirección la obtuvo de personal del hospital, que violando el secreto profesional le dio la información. El rechazo a conductas que lesionen los derechos de las mujeres debe ser acompañado por toda la sociedad”, señaló Kochen.

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