jueves, 27 de septiembre de 2012

Karlic y Puíggari cómplices?


Los abusos del cura: en esta edición de la Revista ANALISIS, una de las víctimas relata la corrupción de menores en el Seminario Menor de Paraná a manos de Ilarraz 

Los testimonios de víctimas de abuso del cura paranaense Justo José Ilarraz son contundentes y demostrativos en cuanto a las prácticas de corrupción de menores que desarrolló durante casi ocho años. A la vez, resultan clave en el avance de la causa judicial iniciada de oficio tras la publicación de los hechos en el Seminario Menor, en la anterior edición de ANALISIS. Esta revista mantuvo un extenso diálogo con uno de los abusados, quien no reside en el país, pero vendrá a declarar ante la Justicia entrerriana. El joven -quien hoy tiene más de 30 años- habló de cómo el sacerdote seleccionaba a cada uno de los seminaristas; de las perversidades sexuales que le hacía realizar y de cómo le arruinó la vida. Soñaba con ser sacerdote y por Ilarraz se alejó definitivamente de la Iglesia. A la cúpula eclesiástica de Paraná también responsabilizó por su inacción y silencio. “A mí me cagaron la vida para siempre”, dice. Además, en la edición de este jueves, un reportaje con la diputada nacional por el Frente Peronista, Cristina Cremer de Busti. “A Jorge Busti siempre lo han traicionado”, definió y sintetizó el modo en que Urribarri continua comprando políticamente a dirigentes políticos, ahora del FEF.
Tiene un nombre, un apellido, una historia. Hace ya un tiempo que no vive en el país, como tantos otros. Cuando partió al exterior con buena parte de su familia paranaense, no sólo lo hizo para encontrar un futuro en medio de la crisis sino también para alejar esos fantasmas que lo persiguen desde que era apenas un niño, trepando hacia la adolescencia. Soñaba con ser sacerdote desde muy pequeño. Pero en el camino se le cruzó un corruptor de menores, como el ex prefecto del Seminario de Paraná, Justo José Ilarraz, y le tronchó la vida. El cura sabía en detalle de las debilidades, carencias, angustias y hasta cada uno de los problemas familiares de esos chicos que tenía a cargo en el establecimiento, en tiempos en que monseñor Estanislao Esteban Karlic era arzobispo de la capital entrerriana y ya tenía fuerte injerencia en el Episcopado Argentino. En esta nota central de la Revista ANALISIS, el muchacho cuenta lo que tuvo que vivir en el Seminario. 

 Además, el pacto de silencio acordado en la cúpula eclesiástica de la capital entrerriana que mantuvo las atroces violaciones ocultas durante casi 20 años. Ni Estanislao Karlic ni Juan Puíggari rompieron ese pacto de silencio por los hechos del Seminario Menor de Paraná, durante casi 20 años. Casualidad o no, los dos siguieron en ascensos sus carreras como religiosos. Karlic se transformó en uno de los 200 cardenales del mundo; Puíggari es arzobispo en la jurisdicción donde se cometió, sin dudas, quizás el hecho de corrupción de seminaristas más grave de la historia de la Iglesia. ¿Hubiesen seguido en ascenso ambos prelados si denunciaban ante la Justicia lo que escucharon de niños abusados?

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