En Yolcos reina Pelias, que ha conseguido
destronar a su hermano Esón mediante engaños. Esón tiene un hijo, Jasón, que
acude a Yolcos para ejercer su derecho legítimo al trono.
Al llegar, Jasón se encuentra con que debe
atravesar un río. Una anciana le pide ayuda. Él la coge en brazos y pasan el
río. Esta anciana no es otra que Hera que a partir de entonces es su
protectora.
La corriente se ha llevado una de sus
sandalias, pero aún así se presenta ante Pelias. Pelias se horroriza al
verlo. No teme el hecho de que sea el legítimo heredero sino que un augurio
había vaticinado que un hombre con una sola sandalia acabaría con su vida y
le arrebataría el trono.
Decide deshacerse de él y le engaña y le
envía a una misión en la que seguramente encontrará la muerte. Le dice que
si realmente es merecedor del trono debe probarlo trayendo el vellocino de
oro que se encuentra en el lejano país de la Cólquide.
Jasón no tiene más remedio que aceptar
aunque sabe que la misión le sobrepasa. Jasón es un héroe atípico. En muchas
ocasiones se contrapone su figura a la de Ulises. Ulises es el de los mil
recursos, las mil artimañas. Jasón no posee más recursos que aquellos que
los demás le conceden. Es un héroe indeciso, jefe de una tripulación que le
supera y a la que muchas veces no sabe como manejar. Al enfrentarse a los
peligros se muere de miedo y casi siempre se refugia tras sus compañeros o
tras la mujeres. Tiene la protección de tres diosas: Hera, Atenea y Afrodita
y es gracias a ellas que logra su objetivo. Cuando éstas no le protegen lo
hace Medea, su esposa.
Atenea se encarga de convocar a los héroes
griegos para que le acompañen en su misión. Todos se embarcan en una nave
muy especial: Argo. A partir de ahí se les llama los argonautas.
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