Las bastardillas refieren a las bajadas numeradas en nuestros textos
Estas plantaciones son
inversiones prósperas. (El cálculo
aproximado de las ganancias obtenidas por estas empresas agrícolas arroja
cifras fabulosas, comparables a las de las tasas de ganancia obtenidas por la
industria extractiva de Inglaterra durante la misma época. Así, descontando el
costo del terreno, en promedio 5 marcos por ha., lo equivalente al costo de 5
cervezas importadas en Rabaúl, así como el costo de la mano de obra, en
promedio 100 marcos/ha. año, se obtenían unos 175 marcos/ha./año, cifra que
podía aumentar en un 30% considerando mecanismos de explotación tales como
tiendas de raya, etc., Panoff, 1979) y el problema de la mano de obra se
resuelve por lo que oficialmente se llama la de los nativos. Acerca de lo
denominado como de los nativos (Ambas
cosas se reflejan muy bien en el siguiente escrito del gobernador alemán de la
época, 1913: e hecho más rápido de lo que habría sido compatible con la
apertura de distritos aún no pacificados’’. Brookfield, 1972) existen
escasos datos y aún menor cantidad de investigaciones documentadas. Sin
embargo, en base a un estudio de caso al respecto uno puede formarse una imagen
global de lo que se esconde bajo estos términos.
Incluso antes del protectorado
oficial de Alemania, el archipiélago de Bismarck proporcionó trabajadores
enviados hacia Queensland/ Australia, Fidji y Samoa. Durante los años del
protectorado (1884-1914) se estima —moderadamente— una cifra de unos 50 mil trabajadores
sustraídos de sus comunidades en el archipiélago. Para algunos distritos ello
significó entre un 30 a un 70 por ciento de ausencia forzosa de la población
masculina en edad de trabajar. Por lo referente a la tasa de mortandad entre
estos hombres, esta representa, entre los años de 1887 a 1903, un 18,16 por
ciento en términos globales, dicha tasa, entre los trabajadores enviados al
norte de Nueva Irlanda, alcanza el 40.33; entre los hombres enviados a Samoa,
llega a ser del 22.56. Durante el mismo lapso aproximadamente el 50 por ciento
de los hombres reclutados en la península de Gazelle muere a consecuencia del
trato infligido.
Evidentemente esta tiene rostro
de trata de esclavos y es llevada a cabo por quienes hacen su fortuna. Puede
fácilmente imaginarse el impacto sobre la economía autóctona. (Normalmente,
cuando el descenso de la población de un distrito se volvió muy notorio, éste
temporalmente se cerraba al reclutamiento de trabajadores nativos, esto es,
justo el tiempo suficiente para que lo nativos hiciesen lo que los europeos
esperaban de ellos y lo que en palabras de un oficial australiano suena así:
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